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Capítulo 14.

Estaba muy cansado, sus pies le dolían de tanto caminar y también su espalda debido al canguro, así que optó por sentarse un momento en la banca del parque que se encontraba cerca del edificio de la casa de Jungkook.

Durante todo el día había visitado muchos departamentos en diferentes lugares de la ciudad y no había encontrado ninguno que se ajustara a su presupuesto, la renta mensual era demasiada cara para él y las que estaban dentro del presupuesto se encontraban muy lejos, gastaría más en pasaje para ir al trabajo y regresar.

Se quedó mirando hacia el frente y sonrió al ver a una pareja jugando en lo columpios con sus hijos.

—Lucen tan felices —recordó algunas cosas del pasado y se sintió herido emocionalmente—. Mejor no pienso en esas cosas.

Llevó su atención a Ayla, la peque se había dormido.

—Yo también quisiera dormí así, eh —rió y dejó de hacerlo—. Ahora tendré que decirle que me permita dormir ahí otra vez —dijo no muy contento con eso.

Algo ajeno chocó contra su tenis y bajó su mirada a sus pies, era un anillo. Se puso un poco de lado para alcanzarlo y lo recogió.

—Es mío, se me cayó mientras corría —informó una chica muy linda, vestía un traje deportivo y su cabello sujetado con una coleta.

—Ten —se puso de pie y se lo extendió.

—Muchas gracias —lo agarró y se lo volvía a poner en su dedo anular.

—Es muy bonito —comentó Jimin amigable y la chica de cabello rojo sonrió.

—¿Verdad que sí? —Jimin asintió—. Mi novio me lo dio hace poco, vamos a casarnos —dijo entusiasmada.

—¿En serio?, ¡felicidades!

—¡Gracias! Bueno, seguiré corriendo, nos vemos.

—Adiós —se despidió antes de que la chica pasara a su lado—. Matrimonio —se repitió recordando la propuesta de Jungkook. Pronto dejó de pensar en eso ya que se sintió mareado y volvió a sentarse lentamente mientras cerraba un poco los ojos—. ¿Será por el cansancio?

—¿O porque necesitas inyectarte?

Jimin abrió los ojos y saltó en su mismo lugar debido al pequeño susto que se llevó.

—¿Jungkook?

—Hola —contestó sonriente y tomó asiento a su lado.

—¿Qué haces aquí? —no esperaba verlo pero se alegró.

—Vine a dejarte algo —agarró la bolsa que yacía al lado de su pierna izquierda—. Iba a entrar al edificio pero por casualidad volteé y te vi —extendió la bolsa a Jimin, este no entendía bien que era—. Tómala y verás que es.

El joven de ojos azules agarró la bolsa de color café y miró dentro de ésta. Al ver el contenido se quedó con la boca medio abierta.

—¿Insulina? —miró a Jungkook.

—Así es, te traje de acción rápida y de acción prolongada. También algunos frascos para que los tengas de reserva cuando se acaben los demás, entonces tendrás tiempo para poder ir a comprar los otros sin que tu vida esté en riesgo.

—Prometo que te pagaré lo que gastaste en esto.

—No tienes que pagarme, Jimin. Yo te lo traje porque quise, así que sólo tómalo como un regalo.

A Jimin le causó gracia y se carcajeó, pero luego esas risas se transformaron en sollozos y las lágrimas se hicieron presentes. Ya no tenía que comprar la insulina hasta que su receta se activara, o por un mes hasta que se acabara lo que Jungkook le trajo, una preocupación menos en su mente y eso era el mejor regalo.

—¿Pero por qué lloras, qué pasa? —confundido se le quedó mirando y su asistente negó con la cabeza.

—Es que nadie me había dado un regalo así —dijo alzando la bolsita—. Aunque no lo parezca este es el mejor regalo que me hubieran podido dar.

—Ah, es por eso.

Jimin intentó abrazarlo pero debido a Ayla le fue imposible así que lo hizo de lado.

—Oh, vaya. ¿Es tu manera de agradecerme? —el más bajito asintió con la cabeza—. De acuerdo —correspondió al abrazo.

Al separarse después de unos momentos Jimin limpió sus lágrimas.

—Lo siento, es que son muy sensible a veces.

—No te preocupes, ya te dije que llorar es bueno.

Hubo un poco de silencio ya que Jimin tuvo que chequear su nivel de azúcar y mientras lo hacía la bebé se despertó llorando. Jungkook sacó a Ayla del canguro y la sentó sobre su regazo, a diferencia de lo que Jimin creyó, la pequeña se quedó tranquila ahí.

—Anoche logré escuchar lo que hablaste con ella, ¿cómo es posible que te sacó de esa manera cuando eres su sobrino?

—Emm... sobre eso —tenía la mirada en el frasquito en su mano—, nunca le he caído bien, de cierta manera sé que me odia. ¿Las razones?, no estoy muy seguro pero asumo que mis padres le hicieron algo y el odio también me llegó a mí. A veces no importa que tan familia sean, también pueden tratarte de la peor manera posible cuando hay dinero de por medio.

Por un momento la mente de Jungkook viajó a otro sitio, confirmando en sus recuerdos las palabras que dijo Jimin.

—Pero está bien, ya no tendré más contacto con ella si viviré aquí —metió la aguja en su brazo y posteriormente dejó pasar el líquido.

—Hablando de eso, ¿cómo te fue encontrando un lugar?

—Respecto a eso —sacó la aguja de su brazo y la guardó en donde venía anteriormente sellada—, ¿podría quedarme otra noche más?, lo que pasa es que no encontré ningún lado que se ajustara a mi presupuesto pero seguiré buscando.

—Por mi no hay problema en que te quedes una noche más.

—Gracias —dijo—. ¿Y tú cómo vas con la búsqueda de una pareja para poder casarte?

«¿Por qué preguntas eso de pronto?»

—Aún no hay nadie —hizo saber mientras veía como la pequeña Ayla jugaba con su corbata.

—Bueno, no sé mucho de eso pero pronto llegará una buena persona —animó aunque muy en el fondo estaba deseando que no llegara esa buena persona, ¿por qué?, no lo sabía aún.

—Si es que aparece y si es que pueda decirle que se case conmigo.

—¿Cómo? Me lo propusiste a mí así que no hay razones por las que no puedas hacerlo con alguien más.

—Fue porque eras tú, por eso fue que lo hice.

Ambos se miraron directo a los ojos.

—No necesito a alguien más, ni a una buena persona, te necesito a ti.

Jimin sabía que ese no sería el momento exacto en que su corazón se detendría para siempre, pero era la primera vez que escuchaba decir a alguien que lo necesitaba y lo que eso significó para su corazón fue algo nuevo y lindo; como si en medio de un largo invierno una pequeña llama abrazara su corazón haciéndolo sentir esa calidez que en mucho tiempo había anhelado.

—Bueno, sólo vine a ver cómo estaban. Cenaré con mi abuelo así que ya debo irme —anunció—. Pero primero te acompañaré al departamento.

—Vamos, yo llevo a Ayla.

Ambos se levantaron de la banca, pero sólo Jungkook caminó unos pasos y al darse cuenta de que Jimin no iba a su lado se detuvo y regresó.

—¿Pasa algo?

—Es que quiero preguntarte algo.

Jungkook se quedó callado para escuchar la pregunta.

Jimin bajó su mirada y tocó su corazón de manera disimulada, sintiendo los fuertes latidos de este. En verdad estaba tan exaltado por lo que diría, ¿eran nervios o era emoción?, no podía identificarlo con claridad. A lo mejor era un mezcla de ambas

—¿Tú... te casarías conmigo?—preguntó mirándolo directo a los ojos.

Escuchar aquello lo dejó en blanco por un momento, pero pronto comprendió que Jimin había aceptado su propuesta lo cual le hizo reaccionar.

—Sí —contestó sintiéndose tranquilo y alegre al mismo tiempo—. Antes, ¿de casualidad yo te gusto?

Jimin sonrió mostrando sus dientes.

—No —respondió manteniendo la sonrisa y negando con la cabeza.

✧✦✧

Los dos se encontraban sentados en la sala de estar, discutiendo sobre el contrato de matrimonio. Jungkook le había dicho sus condiciones y Jimin las aceptó.

—¿Hay algo que quieras agregar? —preguntó el de cabello negro.

—No tengo nada que agregar en tus condiciones, pero como verás no tengo un lugar donde vivir y sé que me ofreciste tu casa pero me sentiría mal si viviera aquí sin pagarte. Así que me gustaría darte un pago mensualmente por dormir en la habitación.

—Está bien, agreguemos eso al contrato —dijo sin dudar mientras anotaba eso en su móvil.

—Gracias —agarró la taza con el té que Jungkook le había preparado hace unos minutos y pegó un sorbo.

—¿Estás seguro sobre el matrimonio? —Jimin lo miró—. Para ser honesto, fue inesperado que aceptaras tomando en cuenta lo que hablamos el otro día. ¿Qué te hizo cambiar de parecer?

—Como me dijiste la otra vez, afecto o amor, estuve pensando y sentí que eran cosas que no necesitaría por un tiempo. Lo que necesito ahora es esa habitación y el dinero que me ofreciste —explicó.

Jungkook asintió con la cabeza.

—Comprendo.

—Y sobre mañana, no sé si pueda ir a trabajar. No tengo con quien dejar a Ayla, aún hablaré con Taehyung para ver si podrá seguir cuidándola.

—Creo que puedes faltar si pides permiso y reportas que tienes problemas personales.

—Oh, de acuerdo. Entonces eso haré.

—Sí, mañana vendré a verte para seguir discutiendo sobre el tema. Hay varias cosas que debemos hablar aún.

✧✦✧

El siguiente día llegó y como Jungkook le había dicho a Jimin, fue a visitarlo a la hora del almuerzo.

—Pensé que vendrías más tarde —comentó tras cerrar la puerta.

—Preferí ahora que tengo la hora libre.

Jungkook caminó por el pasillo y ya estaba notando la clara diferencia en el departamento.

—¿Limpiaste todo el lugar?

Jimin, quien venía atrás de él, con la bebé en brazos, pasó a su lado y se quedó delante de él, asintió con la cabeza.

—Aún no he terminado, pero limpié lo que pude mientras mi bebé dormía.

Eso incluía la cocina, la sala de estar, el balcón, el baño, las paredes del piso bajo y también trapeó el suelo.

—¿No te cansaste?, el lugar es muy grande.

—Para nada, cuando tenía 18 trabajé en un hotel limpiando las habitaciones. Las jornadas eran largas y me hacían limpiar hasta 20 cuartos al día, incluyendo lavar las sábanas y almohadas.

—¿De verdad?

Jimin asintió.

—Ven, sabía que venías así que hice algo para que comiéramos mientras hablamos.

Jungkook siguió a Jimin y por mensaje canceló los servicios de limpieza que había contratado, el cual se supone llegaría en un par de horas.

Unos minutos más tarde ambos estaban sentados frente a la isla de la cocina, Jimin le extendió a Jungkook una porción del flan que había preparado.

—No es lo mejor pero es lo único que pude preparar con el tiempo que tenía, espero te guste.

—Seguro que sí.

—Vamos, pruébalo.

Jungkook agarró la pequeña cucharita, tomó un poco del flan con esta y tras dar el primer bocado dio uno más, luego otro y otro, hasta que en el plato no quedó nada más que la miel.

—Veo que sí te gustó.

—Mucho, ¿puedo comer otro?

Jimin notó que sus ojos brillaban como si fuera un niño pidiendo a su madre un poco más de su comida favorita, eso le pareció muy tierno.

—Claro —abrazó a Ayla sólo con un brazo y, la nena estaba sentada sobre su regazo, con la otra mano libre le sirvió otro pedazo más del flan—. Disfruta.

Mientras lo veía comer el flan empezó a sonreír por como Jungkook se veía comiendo; llevaba la cuchara a su boca de manera delicada para luego devorarlo dentro de su boca como si alguien fuera a quitárselo.

«Hasta para comer es hermoso» pensó.

—¿Tú no piensas comer?

—Ya lo hago —al notar lo que dijo inmediatamente se corrigió—. No, digo, ya comí. Así que puedes comer cuánto quieras —esa era su forma de decir "lo hice para ti" pero sin que él lo supiera.

—Bien —siguió comiendo felizmente, ahora sí sin preocuparse. Al terminar su quinta porción recordó por lo cual había llegado—. Respecto al matrimonio...

—Cierto, ¿qué es lo que querías hablar?

—Ayer estuve pensando en todo el proceso de la boda —dijo—. Bueno, de hecho ya lo planeé.

Sacó su teléfono y una vez encontró lo que quería mostrarle Jimin, le extendió su teléfono sobre la isla, con la pantalla encendida. 

—¡¿Todo eso?! —dijo segundos después, era un esquema con múltiples pasos a seguir y que por título tenía: "Proceso de casamiento"—. ¿En verdad haremos cada uno?

Jungkook negó con la cabeza, aliviando a Jimin.

—Si fuera una boda basada en el amor mutuo serían todos los pasos —explicó—. Pero como no es así podemos saltarnos varios, hasta el punto azul.

—Conocer a la familia —leyó dicho punto en la pantalla—. ¿Es necesario?

—Si vamos a casarnos al menos debería saludar a tu familia.

—Bueno, supongo que tienes razón. Buscaré un momento adecuado para que la conozcas.

—Mientras tanto quiero presentarte formalmente con mi abuelo.

—¿Con tu abuelo?

—Sí, hoy es su cumpleaños. Es un buen día para decirle.

—¿Tu abuelo sabe que te casarás por la empresa?

—Así es, por lo mismo no creo que sea complicado con él, no es necesario fingir que somos una pareja delante suyo —Jimin asintió y él revisó la hora en su teléfono—. Pasaré por ti en la noche para llevarte a casa de mi abuelo —dijo poniéndose de pie.

—¿A qué hora precisamente?

—A las 7:30, luego de que salga de la oficina.

—¿Debería vestirme de alguna forma en específico?

—Mi abuelo no suele hacer fiestas así que sólo estaremos nosotros tres en la mesa.

✧✦✧

Llegaron las 7:30 de la noche y Jimin ya estaba listo, sólo de dio una última mirada en el espejo para luego salir de la habitación.

—Regresaré como en dos horas —avisó a Taehyung, quien yacía sentado en el sofá junto con Ayla.

—Está bien.

Se acercó a su hija y le depositó un besito en la frente.

—Te quiero, volveré para hacerte dormir —la pequeña sonrió.

—Recuerda que luego me contarás cómo es que encontraste este departamento a un buen precio —recordó.

—Sí, sí. Luego te cuento todo —caminó hacia la puerta.

—¡Que te vaya bien en la cena laboral!

—¡Gracias! —dijo antes de salir.

No estaba mintiéndole a su amigo, sólo estaba esperando el momento adecuado para decirle la verdad.

Jimin saludó a Jungkook antes se subir al carro, después emprendieron camino directo a la mansión del señor Jeon y luego de 15 minutos ya estaban en dicho destino. Jimin desde adentro del auto vio como varias personas entraban a la mansión, otras tantas salían y hablaban en el gran patio, con sus respectivas bebidas y hablando entre ellas mismas, cabe resaltar que la mayoría parecía ser gente con más de 40 años de edad.

—¿No dijiste que tu abuelo no solía hacer fiestas?

Jungkook también estaba igual de consternado que Jimin, su abuelo no le dijo que haría una fiesta, mucho menos con tantas personas.

—¿Por qué hizo una fiesta precisamente hoy? —murmuró, quizás no era un buen día para decirle como lo pensó anteriormente.

—¿Qué dices? —no logró escucharlo.

—Nada, ¿sería buena idea decirle otro día? —preguntó al mismo tiempo que volteaba a verlo.

—¿No piensas bajar? —habló Chan a Jungkook desde afuera, a la altura de la ventana, asustando a ambos chicos—. Oh, hola —saludó al ver a Jimin.

—Hola doc —dijo con una media sonrisa.

—Vamos, bajen. Tu abuelo te está esperando adentro.

—Claro, sí.

Jungkook y Jimin se miraron, con la mirada ambos se dijeron "ni modo" si ya estaban ahí debían bajarse.

Bajaron del auto y juntos empezaron a caminar hacia la mansión. Habían personas que Jimin veía y lograba identificar, pues los había visto en algunas reuniones en las que acompañó a Jungkook. Pasaron por todo el jardín delantero y mientras lo hacían las personas saludaron tanto a su jefe como al doctor Lee. Los dos les devolvían el saludo de manera cordial y Jimin no sabía sin sentirse mal porque no lo saludaban o aliviado.

Entraron a la mansión y a perspectiva de Jimin en vez de una casa parecía ser un gran salón, en el cual se llevaba a cabo una gran reunión con puras personas de alto nivel, no sólo lo decía por la decoración estilo royal sino también por la vestimenta, todas las mujeres llevaban vestidos de gala y los hombres trajes elegantes. Además una orquesta en vivo estaba tocando música clásica.

Se miró a si mismo y luego miró a Jungkook, pese a que éste llevaba puesto un traje común del trabajo se veía muy bien y combinaba con la temática, en cambio él con lo que llevaba puesto sentía que no daba la talla para estar en lugar tan refinado, incluso ya se había avergonzado.

—¿Dónde es que está mi abuelo? —preguntó a Chan tras detenerse en medio del lugar.

—Seguro está en su habitación, antes de irme dijo que subiría. No lo veo por ningún lado así que supongo que debe de estar ahí.

—De acuerdo, gracias.

Chan a lo lejos vio a alguien conocido.

—Luego te veo —dijo antes de alejarse.

—Iré a buscar a mi abuelo, ahora vengo —le anunció a Jimin, quien estaba a su lado.

—No, espera, no me dejes —pidió pero su voz no fue escuchada por Jungkook ya que habló muy bajito—. Maldición, no quería quedarme sólo —chilló.

Las miradas de las personas se posaban sobre él, luego murmuraban entre ellas. No sabía si se burlaban pero al sólo pensar en esa posibilidad lo hizo sentir inquieto así que se movió de ahí, quedándose parado en una esquina cerca que estaba un gran banquete de comida.

Hace unos segundos se había ido Jungkook y Jimin ya deseaba que llegara otra vez.

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